lunes, 21 de febrero de 2011

Gaddafi, y las rebeliones contra el autoritarismo





   
Pareciera que estamos frente al preámbulo del caos en Libia.  El longevo y excéntrico Muammar al Gaddafi tiene sus días contados, y a pesar de su respuesta violenta y del genocidio que está cometiendo contra su propio pueblo, las manifestaciones en su contra se mantienen y se arrecian, a la vez que se observa un cambio en la actitud de las fuerzas armadas que ven la inminente caída del régimen dictatorial de más de  41 anos.   

En los días de grandes cambios políticos y de impensadas rebeliones contra los regimenes autoritarios, el mundo ve con asombro y con deleite como se tambalea el poder de los dictadores, que han desoído su pueblo y han pisoteado sus derechos, apoderándose de los recursos públicos  y de sus libertades colectivas e individuales.

Aunque aun no conocemos como va a desarrollarse el fin, es obvio que Libia no será la misma de antes, y que la ola de transformaciones que se inició en Túnez y Egipto, desmontará la histriónica parafernalia que por más de cuatro décadas ha montado este provocador y  disparatado dictador cuyo liderazgo además de asentarse en el terreno interno, también se hizo sentir en  el occidente, y en especial en los Estados Unidos de América.

 Gaddafi contó con aliados importante durante su régimen de terror. Además de XXXX, en la última década se encontró un amigo que si bien no ha logrado ocupar el mismo escalafón internacional como terrorista y asesino, ha cumplido ya doce anos en el poder, ha sometido al pueblo y a preparado el terreno para quedarse gobernando hasta que su ambición se lo permita. A los venezolanos aun nos producen animadversión  recordar aquellas patéticas imágenes del terrorista Moanmer Al Gaddafi, recibiendo honores de Rey, en nuestra Isla de Margarita, atendido por Hugo Chávez quien no escatimó esfuerzo alguno para hacerlo sentir “como en su casa”.
Es muy difícil olvidar también, como Chávez, haciendo uso del dinero público, le dispensó visitas a este dictador, cuyo mérito mas conocido ha sido sus actividades como terrorista y asesino de personas inocentes.
Hoy el amigo de Hugo Chávez experimenta una fuerza motora interna que le ha removido por completo los cimientos del poder que ejerció férreamente por 41 anos. Gaddafi se resiste a peder sus privilegios, y apela a las fuerzas armadas y a su grupo de matones particular para acabar con las protestas callejeras, matando según reporta Al Yasira más de 300 manifestantes.
El excéntrico dictador pareciera que no estaba preparado para ser terreno fértil de la ola expansiva de cambios que vive el Oriente Medio y que camina desestabilizando a su paso los países con ancianos regimenes autoritarios y corruptos.
Gaddafi es un maestro en las artes de la desestabilización, al igual que lo son todos los líderes de su calaña. Su corrompida y ensangrentada mano ha estado metida en una infinidad de conflictos,  entre los cuales se destaca el caso de Palestina- Israel, Irán, Irak,  y los países africanos. Su rivalidad con el occidente, la creación de la Unidad del Mundo Árabe y su Libro Verde, (leído con mucho interés por Chávez) lo convirtieron en una fuente de conflicto permanente.
El megalómano dictador ha sido protagonista de cientos de historia que reflejan su excéntrica forma de vida y sus innegables habilidades políticas, bien aprendidas por  Chávez. Gaddafi  se autodenominaba la voz del pueblo, con su celebre Jamihiriya, que en buen español significaría el estado de las masas, pero en la practica no fue sino la consolidación de un régimen dictatorial férreo que privó a la sociedad de todo tipo de libertades.

Gaddafi también es un maestro en las tareas de reprimir la oposición, de enterrar la disidencia, en utilizar el terrorismo y la fabulosa renta petrolera para complacer sus caprichos y superar las vicisitudes de su gobierno. Luego de los cercos a que fue sometido por su participación en actos terroristas de diversa índole, manipuló situaciones y se dio el lujo de acercarse a los Estados Unidos para aligerar la carga.
Esta semana es tal vez, la más importante del pueblo de Libia en el último siglo, porque probablemente desde las calles se va  a generar un cambio político importante, que podría fin a una era de corrupción, de terrorismo, de impunidad y de vulgaridad política.  Las redes sociales  y las ganas de libertad de un pueblo cansado del tanto abuso del gobierno le quitaron la legitimidad fabricada al régimen, y colocaron al caprichoso y circense líder en la búsqueda de un refugio para ahuyentarse del infierno en que se ha convertido la tierra a la que pisoteo por casi medio siglo. Amanecerá y veremos.

Los pueblos cansados de sus gobernantes son capaces de cambiar su rumbo político


Considera Roberto Micheletti, expresidente hondureño

Los pueblos cansados de sus gobernantes son capaces de cambiar su rumbo político


Por Maibort Petit
Son muchos los que aun discuten sobre el papel de Micheletti en el gobierno de facto, que a lo interno contó con el apoyo popular y de las institucionales hondureñas. Sin embargo, en el ámbito internacional no ocurrió lo mismo y se le condenó con sólo algunas excepciones.

Las revoluciones políticas que están teniendo lugar en el Medio Oriente están dejando claro que los pueblos pueden cambiar los sistemas autoritarios si así lo deciden. Los aires de libertad afectan las dictaduras y espantan a los hombres que quieren gobernar hasta su muerte, y según el expresidente, Roberto Micheletti, el cansancio de las sociedades sometidas, es el antídoto perfecto para producir los cambios políticos y sociales que lleven a una mejor condición de vida la población.

A pesar de su apego a las normas democráticas, a una concientización interna de los valores de la libertad, y al sentido de justicia social que emergen en sus discursos, Roberto Micheletti se le reconoce en la historia como un presidente de facto en Honduras, tras el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya.

Micheletti era el presidente del Congreso al momento de la ruptura del hilo constitucional, y gobernó hasta el 27 de enero de 2010, cuando llegó al poder el presidente, Porfirio Lobo, electo en los comicios de noviembre de 2009.

Son muchos los que aun discuten sobre el papel de Micheletti en gobierno de facto, que contó con el apoyo de una mayoría del pueblo, y el respaldo del parlamento, de la Corte Suprema de Justicia, el ejército,  y los grupos de poder. Sin embargo, en el ámbito internacional no ocurrió lo mismo: la presencia de Micheletti en el poder, recibió una condena por la parte de las Naciones Unidas (ONU), de la organización de Estados Americanos (OEA), y de los gobiernos del mundo, con las solas excepciones de Israel, Panamá y Taiwán.

Pese a las críticas internacionales, el aquel entonces presidente Micheletti rechazó las tesis de golpe de Estado, y  mantuvo el concepto de transición constitucional para denominar ese periodo en el que paso de ser presidente del Congreso, a jefe de gobierno no reconocido por la comunidad internacional.

Micheletti convocó a elecciones el 29 de noviembre de 2009 y abandonó el poder el 27 de enero de 2010.

Un año después dice sentir la consciencia tranquila por la misión cumplida. A continuación les entregamos a nuestros lectores una entrevista exclusiva para MiamiDiario ofrecida por el expresidente, donde reflexiona sobre la democracia, las dictaduras y los esfuerzos de los pueblos del mundo por alcanzar una mejor forma de vida en libertad.

Critico del socialismo del siglo XXI, de los comunismos desgastados, Roberto Micheletti  aspira que la historia lo recuerde como un hombre que, en momentos de crisis en su país, fue capaz de redireccionar la política y  recuperar la democracia.  

Dispuesto a luchar por su reputación, el expresidente Micheletti nos reiteró que llevará a los tribunales al exembajador de los Estados Unidos en Honduras, Hugo Lorens por los escritos enviados por el funcionario al Departamento de Estado (y que fueron revelados por Wikileaks) donde se lo acusa de actos de corrupción administrativa durante su corta gestión.

En torno a la democracia y sus complejidades, Micheletti cree que es un sistema de oportunidades, donde se pueda nivelar las enormes diferencias que existen entre los pobres y ricos para que el colectivo pueda vivir con tranquilidad.

Roberto Micheletti asegura que la democracia se puede perder si los pueblos no reclaman sus derechos, o si hay intromisión de dinero extranjero que fortalezca grupos interesados en generar conflictos sociales.

Este político asevera que los gobiernos autoritarios se acaban por el cansancio de los gobernados y que tal como ocurrió en Egipto, el pueblo dejó sentir su voz y cambio su historia. 

A continuación reproducimos la entrevista completa del ex presidente, Roberto Micheletti: 
Algunas acusaciones se tejen a su alrededor. ¿Por qué cree usted que a todo aquel que llega al gobierno luego es acusado de pervertirse con el dinero público?  

Considero que eso es una mala costumbre que tenemos especialmente los latinoamericanos, pero en el mundo al que es gobernante siempre se le está achacando actos irresponsables, de corrupción, etc. Yo creo que nosotros tenemos que empezar a obligar a todo el mundo que acusa a que pruebe. Entonces, yo me siento limpio de todo señalamiento, de toda responsabilidad, por eso hice público cuando el Sr. Lorens (embajador de Estados Unidos de América en Honduras) dijo que yo tenía que ver en una empresa de energía eléctrica y yo dije que lo voy a llevar a los tribunales precisamente por eso, porque no tengo nada que ver. 

Pero se da, no solo eso, muchas más cosas, pero es con pruebas como debemos formular una acusación. Yo estoy seguro que estoy totalmente limpio.

Expresidente, ¿usted tiene ambiciones de trascender en la historia latinoamericana? ¿Cómo  quiere que lo recuerden?

Bueno yo quisiera, más que todo, que los hondureños me recordaran como un hombre que en el momento político más crítico de la nación, pudo recuperar la democracia en el país, como un hombre común y corriente, un hombre que por estar en una posición política logró alcanzar la más alta magistratura del país, pero no por ambición, no por deseos, no atropellando a nadie, sino tomando una decisión enmarcada dentro de nuestra constitución de la república. Yo quiero que la gente me recuerde como un hombre alegre, como un hombre con deseo y amor a su patria, a Honduras.

¿Qué es para usted la democracia y cómo la podemos perder los pueblos? 

Democracia es que el pueblo viva en paz, viva tranquilo, con oportunidades de toda naturaleza,  que el joven tenga oportunidad de estudiar y de trabajar, que los adultos sean atendidos, que los hospitales estén permanentemente abiertos para la gente, que haya un pueblo que está prosperando y que la nación entera tenga la oportunidad de tener lo que tenemos todos, porque en la constitución de Honduras dice que todos los hondureños nacemos en iguales condiciones y debemos de actuar y lograr iguales condiciones. Lógico, en la democracia hay ricos y hay pobres, como en todos los organismos, como en todos los países del mundo, no importa si es comunista, socialista o demócrata, en todos los países del mundo hay pobres y hay ricos, hay poderosos y hay débiles. Entonces simple y sencillamente la democracia debe ser el grupo llamado a tratar de nivelar entre los pobres y los ricos esa riqueza necesaria para poder vivir con tranquilidad. 

Los pueblos perdemos la democracia si nos debilitamos en reclamar nuestros derechos, los pueblos perdemos la democracia si el dinero de otro país viene a fortalecer un grupo y hay intromisión de parte de ellos. Y lo peor del caso, es disimularnos ante los problemas sociales de la nación, disimularnos ante los gobiernos ineptos, corruptos e irresponsables, eso es posiblemente la mayor preocupación de perder nuestra democracia. 

Históricamente se ha dado la transición a las democracias  y recientemente hay pueblos que están sufriendo una transición al socialismo.  ¿Cuál es más duro y cuál cree usted que debe ser la reacción del pueblo?

Ningún comunismo ni socialismo ha tenido el éxito en sus gobiernos. 50 años lleva Castro en el poder, él lo dijo y su hermano lo también lo dijo, que: si no cambian, fracasan. Después de 50 años se dieron cuenta que el socialismo y el comunismo era lo peor que le podía dar a la ciudadanía. Entonces es necesario abrir las libertades, abrir las posibilidades.

Usted cree que China está siendo eso, lo de un país con dos mentalidades, dos economías, dos sociedades, eso es simple y sencillamente palabras... como las del Socialismo del Siglo XXI, igual, simple y sencillamente están haciendo eso, porque los intereses económicos tienen la posibilidad de llevar a superar la condición económica de los pueblos. Los chinos son comunistas,  pero cómo es eso si son los más grandes comerciantes del mundo. Los más grandes capitalistas del mundo están ahora en China, quién entiende eso; nadie. Entonces, simple y sencillamente, yo creo que lo que tenemos que tener son responsabilidades, es ver que todo ciudadano de cada país del mundo tenga el concepto de voy a trabajar para mejorar la condición personal y la condición del país.


¿Cómo ve usted el caso venezolano?

Muy triste, muy alarmante, muy preocupante y a pesar de ser uno de los países más ricos del mundo por su petróleo, por el sentimiento del pueblo venezolano. El pueblo venezolano era un pueblo alegre, entusiasta, era un pueblo con decisiones, eso se ha ido perdiendo en la medida que está gobernando un dictador, está gobernando un hombre que cree que es mejor que todos, está gobernando un hombre que cree que cree que lo que él está haciendo no tiene que ser consultado con nadie, sino que lo que él dice se hace. Ese es un terrible error que se está cometiendo contra los intereses, tanto de los que lo siguen como de los que no lo siguen.  El peor sistema es el dictatorial y ya lo han dicho líderes en el mundo, lo han dicho hombres con una gran valía intelectual. El héroe latinoamericano, el héroe de América del sur Simón Bolívar, dijo: no hay que darle mucho tiempo a un hombre que gobierne, porque puede quererse quedar en el poder.


¿Cómo vio el caso de Egipto? ¿Considera que se podría reproducir en nuestros pueblos latinos?

Allí está la juventud. Yo me impresionaba cada día que miraba lo que estaba sucediendo en ese pueblo valiente. Estábamos en presencia de un gobierno que llevaba 30 años, una dictadura. El problema es ese, llegan al poder y después se convierten en dioses, en el caso de ellos, en faraón. El pueblo de Egipto dijo: basta y ya no más. Hay diez mil argumentos, pero fue el cansancio de la población, como tienen que irse cansando todos los pueblos de los dictadores, como tienen que cansarse los pueblos de los hombres o mujeres que creen que ellos tienen el derecho de gobernar a un pueblo que no quiere ser gobernado por ellos. La valentía del pueblo de Egipto demostró al mundo entero que cuando un pueblo se cansa de aceptar las condiciones de un hombre, toma decisiones importantes. Pasó en Egipto, que se hizo como una revolución de gente joven, civil, sin armas, pero terminó el ejército tomando posición, rompiendo la constitución. En Honduras tomamos la decisión,  jóvenes y viejos, pero no rompimos la constitución de la república. 


¿Por qué el cambio en Honduras fue Constitucional?

El artículo 239 de la Constitución de la República de Honduras dice que cualquier ser humano, cualquier ciudadano, en el cargo que esté, civil, funcionario o militar, que hable de una reforma constitucional,  él automáticamente queda destituido del cargo que ostenta. Hablamos desde el barrendero hasta el Presidente de la República.

EL Presidente de la República dijo, no en una oportunidad, sino en innumerables ocasiones, que íbamos a una constituyente. Eso, lógicamente le da la posibilidad a la corte suprema de justicia de actuar en consecuencia. Y se tomó la determinación, y es constitucional, y se le ordena el allanamiento a la casa de forma constitucional. Lo único que no lo fue, fue sacarlo del país. Pero el resto, yo me preguntaba y yo decía: cuando uno va al colegio y hace exámenes si saca 99 pasa, nosotros sacamos 99 en el examen, pero no pasamos, porque el comunismo tiene sus redes extendidas en el mundo, mucho más fuertes que nosotros los demócratas que somos pasivos, de repente miedosos, a veces nos da pena o miedo exteriorizar lo que sentimos y nos dedicamos a trabajar. A los comunistas les mandan dinero, de dónde, no sé, pero ellos están dedicados permanentemente en una lucha consciente, porque yo creo que nadie va a estar en las calles todos los días, porque hay que trabajar para vivir, para comer, y ellos lo hacen todos los  días, nosotros vemos a la gente de izquierda en el país todos los días en la calle.


Hemos seguido de cerca el Foro "Antídoto para el Socialismo del Siglo XXI", en el cual usted ha sido una figura fundamental, ¿por qué este evento en Honduras y no en un país donde la democracia y la libertad está amenazada?

Nosotros creemos que se puede hablar con libertar en estos pueblos, donde estamos todavía libres, donde podemos decir lo que queramos y ahora con todos los medios de comunicación técnicos que existen para difundir este mensaje en todo el mundo en cuestión de horas, posiblemente en el mismo instante que se está produciendo. Yo quiero agradecer a Carmen Cecilia Pérez, pues ella ha estado en comunicación conmigo y lo hemos estado haciendo. Quiero agradecer a Unión Cívica Democrática, un grupo hondureño convencido de que la democracia es el mejor sistema con el que podemos vivir y que teníamos que hacerlo aquí y que provocaría un acto de reavivamiento de todas las cosas que nosotros vivimos en este país y fortalecer la democracia. Creo que es un camino que se ha iniciado y le pido a Dios que no lo pare hasta que nos hallamos convencido que todos los pueblos están libres en el mundo.

En Latinoamérica estamos ante el espejismo de la igualdad, que muchos líderes manipulan entre las clases trabajadoras y de escasos recursos, ¿pueden nuestros pueblos sucumbir ante estas promesas y entregar a estos hombres un cheque en blanco para gobernar? 

Siempre ha habido una diferencia entre el trabajador y el patrono. Cuando las injusticias sociales provocan este tipo de cosas tenemos conflictos, pero cuando hay una comprensión que permite la labor, es la oportunidad de tener un pueblo en paz y en tranquilidad. La fermentación de los desacuerdos de los malestares en los pueblos, es precisamente cuando hay injusticia dentro del capital trabajo, pero si nosotros vamos regulando este tipo de cosas, vamos abriendo la oportunidad para que cuando alguien esté cansado de trabajar en algún sector pueda irse a otro, y que con su capacidad pueda alcanzar mejores trabajos y mejores sueldos. Eso nos da la oportunidad a los hombres del mundo de tener la oportunidad para no pelear y dedicarnos a trabajar, porque los seres humanos lo que queremos es paz, amor, tranquilidad y cuando hay revueltas es porque hay disconformidad y eso debemos procurar todos los seres humanos de detenerlo, para que con eso podamos provocar la posibilidad que haya más paz en los pueblos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

12 años con Chávez en el poder: corrupción, abusos, caos políticos, destrucción del país, odios y autoritarismo


Por Maibort Petit

Ya han pasado 12  años desde que Hugo Chávez  llegó al poder en Venezuela para convertirla en una sociedad desgarrada por el caos, la corrupción, la ineficiencia, la crisis económica, el desempleo, la inseguridad, populismo, centralización del poder y  una enorme dosis de autoritarismo y violación sostenida de los derechos civiles de los ciudadanos.

Han sido 12 años de intensa lucha de un pueblo que se ha dividido en dos grandes pedazos, dispares, diferentes, conflictivos. Dos polos que proyectan dos formas de vida y de país que no se pueden concebir en un solo espacio geográfico. Hay un polo que sigue, ciegamente, a Chávez y apoya todas sus locuras, su fracasado proyecto político, basado en el anquilosado modelo socialista castrista cubano, que destruye la propiedad privada, las libertades públicas, y el estado de derecho; un sistema comunista- socialista, que conlleva a la ineficiencia y a la total destrucción del aparato productivo venezolano, la  eliminación de la independencia de poderes y la posibilidad de una alternancia de poder. El otro polo representa a una sociedad que busca corregir los errores cometidos en el pasado y construir la democracia perfeccionando el sistema, acabar con la corrupción, con la pobreza y con la inseguridad, una parte de la sociedad que anhela vivir en paz y en liberad, sin escuchar los denuestos recurrentes que emanan desde la presidencia para calificar a los oponentes, un polo que aspira a que haya respeto y familiaridad entre los venezolanos que hoy conviven entre la desconfianza, el dolor de la ausencia de patria y la inexistencia de un futuro prometedor.

Un cambio para peor

Tras ganar las elecciones en 1998, Chávez asume la presidencia el 2 de febrero de 1999 y una vez juramentado bajo la Constitución de 1961, manipuló las leyes para reelegirse por dos periodos consecutivos, hasta que finalmente consiguió una enmienda constitucional que le permitirá reelegirse hasta que le venga en gana. Desde el pasado año, Chávez está en campaña para  las elecciones del 2012 y según sus propias palabras estará en el poder el 2021 o hasta que el pueblo quiera. Sólo que en este caso, él se asume como pueblo, y al ser  él, el pueblo, pretende quedarse hasta que la muerte lo separe.
Lo bueno ¿?????????


Muchos analistas han tratado de conseguirle los aspectos positivos al gobierno de Chávez y pretenden colocar en la balanza el hecho que desde la llegada al poder del militar golpista, Venezuela ocupa los titulares de los grandes medios internacionales, y se ubica en la palestra del planeta. Frente a ese planteamiento, vale la pena señalar que los países no logran un mejoramiento interno por ser el blanco de escándalos a nivel internacional, sino todo lo contrario. Por más de una década, Venezuela ha ocupado titulares que informan sobre la destrucción paulatina de sus instituciones democráticas, por el abuso constante de un gobierno que impone sus reglas sin importar lo que piensan o decidan sus gobernados, etc. La creación por parte de Venezuela de foros internacionales no le han dejado nada bueno a la nación, sino un enorme hueco fiscal y un incremento de los niveles de pobreza, pues el gobierno de Chávez ha invertido la fortuna proveniente del boom petrolero para comprar apoyos, adeptos y consciencias en el planeta. Los intercambios comerciales y el acercamiento a países con los que antes Venezuela nos e relacionaba, han generado enormes ganancias para las empresas de esos países y la banca rota para las nacionales que han sufrido de una maniaca persecución, expropiación de sus bienes, robos, amenazas, invasiones y cárcel.

Muchos aplauden la política petrolera de Hugo Chávez y pretenden hacernos creer que el ingenio de Rafael  Ramírez, Ali Rodríguez Araque y sus asesores cubanos han permitido que el precio del petróleo flote en las alturas y que el gobierno se enriquezca. Venezuela siempre tuvo voz y voto en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Lejos de haber logrado éxitos, es claro y obvio que la antigua empresa modelo PDVSA es un hoy una corporación quebrada, envejecida tecnológicamente y con unos enormes pasivos laborales. También se ha disminuido la producción petrolera y se ha duplicado los niveles de corrupción en la estatal petrolera.  

Otros apuntan a que los grandes logros de la revolución están ligados a las misiones, en especial Barrio Adentro, cuyo objetivo es llevar salud barata a las barriadas populares. Este  sistema clientelar usado por Chávez para comprar el afecto de las clases más necesitadas, le ha dado enormes posibilidades a los médicos de Cuba de ganar dinero, y de salir de la isla para huir a Miami, y ha ampliado la corrupción a gran escala. De haber tenido buenas intenciones el proyecto, hubiese tomado en cuenta a los talentosos médicos venezolanos, que han tenido que emigrar a otras fronteras ante la negativa del gobierno de ofrecerles trabajo. Si bien los cubanos han mostrado un mejor panorama en la isla con la atención médica, en Venezuela la Misión Barrio Adentro se limita a  repartir entre los amigos del gobierno los recursos públicos de manera corrupta y abusiva.

Y es que definitivamente, durante la revolución encabezada por Hugo Chávez la corrupción se ha convertido en la bandera de  los logros del régimen. Venezuela ha ocupado los primeros  puestos de las listas mundiales de países corruptos bajo estos 12 años de gobierno de Hugo Chávez, superándose a si misma durante los otros corruptos gobierno que ha tenido Venezuela desde que es Republica. Hoy por hoy, se ha generado una nueva elite económica que nada tiene que ver con la producción, el trabajo y la generación de riquezas sustentables, sino con el nivel de influencia que tienen con el Jefe de estado y sus corruptas formas de  malgastar los recursos públicos, en un ambiente de total impunidad.

Por más de una década hemos visto como la economía venezolana se ha ido deteriorando, remontando a la cúspide de la inflación que supera el 27,2 % lo que constituye la más elevada de la región. Asimismo, bajo el gobierno de Chávez se ha visto una disminución de los empleos producto de la casi eliminación del sector privado, y el incremento de los precios de los alimentos, aunado al desabastecimiento

Para cualquier analista es fácil determinar que los gobiernos autoritarios, personalistas y con ansias de autocracia no son positivos para ninguna sociedad, desde ningún punto de vista, puesto que hasta el momento no se conoce que los mismos hayan traído avances en el plano económico, político y social a los países que los han sufrido. Todo lo contrario, este tipo de gobierno han sumergido a las sociedades respectivas en el atraso, la involución, la oscuridad y pobreza. El gobierno de Hugo Chávez no es diferente al del resto de caudillos que han gobernador los países de América Latina en los últimos dos cientos años, todos han buscado, tercamente, eternizarse en el poder utilizando para ello una serie de artificios que van desde los cambios de constituciones para legitimar sus nefastas acciones, hasta hacerse aclamar por las masas desposeídas que buscan en la figura del mesías de turno,  las soluciones a los males que los aquejan, en tanto que los más afortunados los ven como un mecanismo de alianza para incrementar sus fortunas.
Lo bueno o positivo de un régimen como el que ocupa hoy el poder en Venezuela es altamente difícil de calibrar, lo único que podría convertirse en una fortaleza es el factor que con la llegada de Chávez la presidencia y su  ruidoso liderazgo de conflicto, la gente se interesó en la política y empezó a participar activamente en el proceso que antes veía desde lo lejano, y que hoy en día, luego de 12 años, lo siente en peligro. Hubo de venir un militar alocado y enterrar las instituciones para que los venezolanos se dieran cuenta del verdadero valor de las libertades democráticas.
Tenemos que destacar, sin embargo, que no toda la sociedad ha despertado, aún prevalece en una parte de la población el peso cultural que ha producido la relaciones clientelares y paternales entre el caudillo y los pobres, Chávez ha sido exitoso en inyectar en la mente del colectivo la idea que bajo su gobierno hay una incursión social a través del majeo de las emociones y la eliminación de alternativas que lo puedan sustituir como el mesías de los pobres. Tal como lo advirtió Chávez los presidentes siempre intentaron representar al Estado, pero en su caso, él quiere ser la imagen del pueblo, el estado y el gobierno mismo, para no dejar opciones posibles que otra persona lo saque del poder.