Bolivia es una mini satélite de Venezuela y sus instituciones son una copia fiel de las establecidas por Hugo Chávez en la región. Cada maniobra electoral tiene resultados predecibles, pues el sistema electoral responde a una sola mano y no a la decisión del colectivo. Esa es la regla del chavismo y los venezolanos lo hemos aprendido a lo largo del proceso de estrangulación del país que ya lleva unos largos 15 años.
El último show electoral de Bolivia no podía ser diferente. Evo Morales ha aprendido las reglas del "Socialismo del siglo XXI" cuyo manejo le permite permanecer en el poder hasta que la muerte los separe.
Este tipo de liderazgo populista, que ha pululado en América Latina y que ha carcomido las institucionalidad democrática, ha convertido las elecciones en un instrumento de legitimación de sus regímenes tal como hicieron las viejas dictaduras del siglo pasado.
Nada cambiará si la sociedad no reacciona, sí no se une para salir de la apoplejía colectiva que ha sembrado este perverso sistema.
A continuación reproducimos una nota del portar EJU que plasma la patética realidad que viven los boliviano con este nuevo asalto a la democracia.
La aritmética del fraude
El último show electoral de Bolivia no podía ser diferente. Evo Morales ha aprendido las reglas del "Socialismo del siglo XXI" cuyo manejo le permite permanecer en el poder hasta que la muerte los separe.
Este tipo de liderazgo populista, que ha pululado en América Latina y que ha carcomido las institucionalidad democrática, ha convertido las elecciones en un instrumento de legitimación de sus regímenes tal como hicieron las viejas dictaduras del siglo pasado.
Nada cambiará si la sociedad no reacciona, sí no se une para salir de la apoplejía colectiva que ha sembrado este perverso sistema.
A continuación reproducimos una nota del portar EJU que plasma la patética realidad que viven los boliviano con este nuevo asalto a la democracia.
La aritmética del fraude
A la vergonzosa tardanza del Tribunal Supremo Electoral (TSE) deben sumarse extrañas prácticas de cómputo, solo comparables a las de la tristemente célebre Corte Nacional Electoral de la Venezuela chavo-madurista.
Si durante las tres décadas anteriores el tribunal arrojaba resultados fiables en apenas 24 a 48 horas, ahora el TSE, munido de tecnología de punta y amplio presupuesto, no puede hacerlo en menos de una semana. Y en algunos casos se anuncia que las cifras finales recién estarían disponibles el próximo mes.
Las extrañas prácticas de las que hablábamos son varias, y van desde acelerar el cómputo cuando no están presentes los representantes de las organizaciones políticas (sucedió ayer en La Paz, cuando tras el retiro de los delegados el TSE pasó raudamente de 60 a 90% del escrutinio), hasta un rarísimo cómputo inverso como el que tiene lugar en una circunscripción de Sucre, donde el martes a las 9 de la mañana se había escrutado el 75%, mismo que luego pasó a 64% y a las 15:00 horas bajó finalmente al 47%.
O el TSE está en el túnel del tiempo o estamos ante la aritmética del fraude.
El tribunal alega “malas sumas” en su página web, pero a juzgar por sólidas denuncias en Santa Cruz éstas se habrían producido también en las actas de unas 550 mesas, a cargo de notarios nombrados a dedo por el director del Sereci.
En las mismas se habrían registrado más votos que votantes, lo que viciaría de nulidad al 10% del sufragio en el departamento oriental.
¿Serán esos 10 puntos de votación la magnitud del fraude a escala nacional?
notishots@gmail.com