Por Maibort Petit
Tras años de negociaciones, miles de dólares invertidos en lobby y las presiones de Brasil y Argentina, finalmente Hugo Chávez logró su cometido de ser aceptado como miembro de Mercosur, evento se producirá el 31 de julio de 2012.
La entrada de Venezuela al bloque del Sur no ha hecho sino acrecentar las interrogantes sobre el futuro de esa alianza con sus socios comerciales, especialmente con países como Israel y Estados Unidos, que tienen acuerdos firmados con Mercosur y que mantienen relaciones conflictivas con Caracas.
El anuncio del ingreso de Venezuela al bloque del sur, puso nuevamente en la palestra las contrariedades que han caracterizado la administración de Hugo Chávez. Internamente, Chavez tiene un monopolio de los medios de producción y gracias a sus políticas, ha logrado destruir el sector empresarial privado, que a durante los largos 13 años de régimen ha sido víctima de acosos, expropiaciones y abusos de toda índole. En Venezuela no se respetan los acuerdos internacionales, no existe seguridad jurídica ni libertad de empresa.
Chávez se ha negado reiteradamente a participar en acuerdos comerciales con EEUU y sus aliados. Basta recordar la salida de la Comunidad Andina de Naciones en el 2006, ante lo cual argumentó que Venezuela no entraría en el área de Libre Comercio de las Américas, tal como lo hicieron Perú y Colombia. Sin embargo, con Mercosur tendrán que asumir y respetar los acuerdos firmado con ese país.
Asimismo, Chávez mantiene relaciones hóstiles con Israel. Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Israel en el 2009, y desde entonces Caracas sólo ha emitido opiniones antagónicas contraese país. Mercosur tiene acuerdos suscritos con Israel que Venezuela estará obligado a cumplir. Hasta ahora nadie ha explicado como será asumido esa disyuntiva por parte de ambos países que tienen diferencias irreconciliables desde el punto de vista político.
Otro aspecto que no se ha tocado públicamente aún es el entramado que necesariamente debe acometer el gobierno venezolano para adaptarse al sistema arancelario de Mercosur, que es opuesto al que existe en Venezuela.
Mientras se acerca la fecha del gran evento, sigue la divergencia de criterios y la lluvia de críticasc contra los países que hicieron posible que Hugo Chávez lograra un objetivo político, con lo cual trastocará más aun la ya tambaleante institucionalidad del bloque. Amanecerá y veremos las consecuencias de está decisión equivocada.
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