@maibortpetit
Por Maibort Petit
Por Maibort Petit
En un principio parecía imbatible, de hecho todos la daban como la ganadora indiscutible de la candidatura demócrata a la presidencial de los Estados Unidos, no obstante, en las últimas contiendas, pareciera que Hillary Clinton perdió el impulso que la acompañaba y que Bernie Sanders tomó su puesto como favorito. Los expertos aseguran que si Sanders gana en NY, Clinton pasaría a un estado crítico cuyo final no se podría predecir fácilmente.
En las últimas semanas la campaña presidencial 2016 de Hillary Clinton está mostrando signos importantes de estancamiento. Con cada victoria Sanders, la imagen de Clinton ganadora se desvanece.
En sus últimas apariciones públicas Clinton venía tirando sus dardos exclusivamente a Donald Trump, con quien creía estaba ya empezando a competir. Ahora, tras los triunfos de Sanders, no puede ocultar su frustración ya que debe regresar hacer una campaña contra Sanders para ganar una nominación que la creía segura.
La victoria de Sanders en Wisconsin con un 56 por ciento de los votos, hace que Clinton ponga sus pies en la realidad, y se vea forzada a invertir tiempo y dinero en las primarias de Nueva York dentro de dos semanas. Vale destacar que Clinton ha representado Nueva York en el Senado de los EEUU en los años 2000-2008 y en la actualidad reside en ese estado y su principal oponente, Sanders nació y se crió en Brooklyn, habla inglés con acento neoyorquino y conoce la ciudad y su gente.
Sanders ha anunciado que tiene esperanzas de ganar el estado de Nueva York, y que seguramente verá a Clinton más nerviosa de lo que ya está.
La popularidad de Sanders ha crecido entre los jóvenes, su campaña ha recibido contribuciones individuales con donaciones promedios de 27 $, no ha contado con el soporte de los grandes capitales.
Clinton ha logrado millonarios aportes para su campaña de las grandes corporaciones de combustibles fósiles que ofrecen generosos donativos a la Fundación Clinton y del llamado Súper PACs.
Por ahora, Clinton trata de recuperar el terreno perdido, viajando en el metro de la ciudad de Nueva York, y aparentando ser una persona que se codea con la clase media y baja. Por ahora, pareciera que Hillary Clinton va a tener que poner en segundo orden la campaña que tenía preparada y que ya había empezado a ejecutar con el magnate Donald Trump para ponerse a trabajar en su propio terreno, puesto que hasta ahora su nominación no está garantizada a pesar de su delantera en el número de delegados. Pareciera que las elecciones que quedan por delante la obligarán a enfocarse en la conquista de los delegados de su propio partido.
Para ampliar más aún las preocupaciones de Clinton está la controversia en torno a su uso de un servidor de correo electrónico privado durante su mandato como Secretaria de Estado, que ha resurgido convertido en un obstáculo importante para su candidatura. Si bien el enjuiciamiento pareciera ser improbable, queda claro para mucho que el comportamiento de Clinton como secretaria de Estado estuvo marcada por la ineficiencia y el descuido, características que la alejan de un rol mode de líder qué es lo que necesita el país.
Toca esperar lo que ocurrirá en las próximas semanas para ver cómo se comporta el electorado en las primarias por venir.
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