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viernes, 11 de septiembre de 2015

La Maldición del Panteón pica y se extiende

Por Maibort Petit

Hace tres años escribí un artículo titulado: La maldición del panteón causa pánico en la cúpula del poder en Venezuela donde comentaba el miedo que muchos jerarcas de régimen estaban experimentando para la época, por las muertes continuas de muchos de los que estuvieron presentes aquel 16 de julio de 2010, cuando Hugo Chávez ordenó abrir el sarcófago del Libertador Simón Bolívar, ubicado en el Panteón Nacional de Caracas, bajo la extraña excusa de conocer la causa del deceso del prócer venezolano.Ver aquí la exhumación de los resto de Bolívar.


Desde esa fecha en adelante muchos han sido los que han sostenido que aquel evento habría generado una secuela de muertes y todos aquellos que participaron en  la  profanación de la tumba de Bolívar parecieran estar bajo la cada vez más célebre “Maldición del Panteón”, al mejor estilo de la misteriosa leyenda que siempre envolvió la tumba del joven Faraón  egipcio Tutankamón. 

Vale recordar que desde el 16 de julio de 2010 hasta la fecha la habladuría popular le ha dado cada vez mas fuerza al apólogo de la “Maldición del Panteón” o la “Maldición de  Bolívar”, según la cual la ira del Libertador  se habría llevado a de los que se dieron cita aquella madrugada en el Panteón para profanar su tumba. 

La lista de jerarcas chavistas muertos empezó con el general, Alberto Muller Rojas, seguido por el diputado Luis Tascón, Guillermo García Ponce y William Lara todas ocurridas inmediatamente después de la apertura del cenotafio que contenía los restos de Bolívar, ese mismo año 2010. 

Las muertes de importantes jerarcas chavistas alimentó el mito sobre la supuesta "Maldición del panteón", llegando incluso hacerse públicas algunas voces de adivinos, santeros, y astrólogos que buscaban explicar la relación de los fallecimiento con la profanación de la sepultura del héroe de la independencia . ¿ Qué ocurrió? Cómo era posible explicar que algunos de los profanadores de la tumba de Bolívar  hayan muerto repentinamente, en su mayoría de cáncer o en extrañas circunstancias.

En el 2011 murieron: Lina Ron José Ignacio Meléndez Anderson, Clodobaldo Russián, Carlos Escarrá. En el 2013 murió el caudillo Hugo Chávez y  posteriormente el diputado Robert Serra. 
Hace unas semanas, un colega periodista me contaba que las almas que pululan por los recovecos del poder rojo sienten miedo cada vez que recuerdan aquel raro ritual encabezado por Hugo Chávez. 

Mi buen amigo me asegura que hay varios los jerarcas del régimen que están padeciendo enfermedades terminales.  Uno de los más comentados en los medios- me confiesa- es la del Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López quien por cierto también  se encontraba en el acto necrófilo que tantas habladurías ha generado en los últimos cinco años.

Mientras tanto la mítica creencia que la ira de Simón Bolívar se escapó de las rígidas paredes de su sarcófago para acosar a los profanadores ha tomado mayor fuerza entre los venezolanos con el correr de los años. A su vez el miedo avanza entre los invitados al sacrilegio que tuvo lugar aquel 16 de julio de 2010 en el Panteón de Caracas.

El miedo es libre y no puede ser objeto de confiscación o expropiación.

miércoles, 25 de enero de 2012

La maldición del panteón causa pánico en la cúpula del poder en Venezuela

Por Maibort Petit  

Muchos creen que es el resultado de la necrofilia que practicó Hugo Chávez con los cadáveres de los próceres del siglo XIX.
La muerte de Procurador Carlos Escarrá, dirigente chavista, defensor a ultranza de la revolución bolivariana, causó pánico en la cúpula del gobierno de Hugo Chávez y avivó más el mito de la llamada maldición del panteón.
El 16 de julio de 2010, Hugo Chávez ordenó abrir el sarcófago del Libertador Simón Bolívar, con una extraña excusa de verificar la razón de la muerte del prócer venezolano. Desde aquella fecha, brujos, santeros, astrólogos, paleros y cuanto adivinador vive o analiza el caso de Venezuela empezó hablar de la “maldición del Panteón de Simón Bolívar”.

Y es que al parece esculcar muertos, usar sus huesos para rituales perversos, y no dejar descansar en paz las almas como que tiene un precio. Carlos Ospina, sacerdote palero cubano residenciado en Miami le aseguró a esta periodista hace más de un año y medio que aquel raro ritual tendría consecuencias nefasta para Hugo Chávez y para sus más cercanos colaboradores.
Desde aquel día han muerto siete colaboradores cercanos de Hugo Chávez y el hermano de Danilo Anderson, fiscal chavista asesinado antes de la profanación de la tumba de Simón Bolívar.
El ritual como recordamos se efectuó el 16 de julio de 2010, día de la Virgen del Carmen. El agosto de 2010, murió de cáncer de colón, el diputado chavista, Luis Tascón quien se hizo célebre por realizar una lista con los nombres y las cédulas de más de 4 millones de venezolanos que votaron en contra de Hugo Chávez. La lista Tascón eliminó los derechos de los miembros que la conformaban, muchos de los cuales sufrieron persecusión política.
Dos meses después, en septiembre de 2010, murieron Guillermo García Ponce, líder comunista, cercano a Chávez y director del diario Vea y el gobernador de Guárico, exministro chavista y exdiputado, William Lara
El general Alberto Muller Rojas, uno de los asesores presidenciales falleció  también en el 2010.

En marzo del 2011, murió Lina Ron de un infarto del miocardio. Esta fue una de las dirigentes chavistas más radicales y corruptas que se haya conocido.
El junio de 2011, murió en Cuba, Clodobaldo Russian, Contralor General de Venezuela. Igualmente murió asesinado por le hampa, José Ignacio Meléndez Anderson.
En enero de 2012, muere de un infarto el Procurador General de Venezuela, Carlos Escarrá, adepto de la revolución y conocido por sus nefastas declaraciones y su enriquecimiento ilícito desmedido.
El miedo anda suelto en la cúpula chavista corrompida. Muchos están arrepentidos de haber acompañado al jefe en el acto de prafanación de la tumba del Libertador...Ahora el profanador mayor y sus seguidores se siente perseguidos por los próceres difuntos que fueron molestados en sus  sepulturas.